En la actualidad el
yacimiento de Pompeya se encuentra excavado aproximadamente en unas 2/3 partes.
Quedan por excavar unas 16 hectáreas que deben aun ser liberadas de la lava. En
la mayoría de las zonas excavadas se ha llegado hasta los niveles iniciales del
yacimiento, y en la mayoría de los casos
ha sido excavado el nivel superior, es decir el del momento de la
destrucción quedando oculto los niveles más antiguos.
Desgraciadamente
Pompeya sufre desde hace unos años un progresivo deterioro, debido a razones
medioambientales como la contaminación y las consecuencias de la exposición al
aire libre así como a los terremotos y la presión ejercida por el turismo de
masas.
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Una
circunstancia especialmente grave, es la enorme extensión de Pompeya y el gran
volumen de visitantes que causan grandes desperfectos y robos, causados por
actos vandálicos. Por ello en los últimos años se han aumentado las medidas de
seguridad y se están destinando más recursos en seguridad que en investigación
y exploración.
Las
intervenciones arqueológicas hoy se realizan en áreas muy reducidas. Desde el
2001 se han dedicado al estudio de las fases antiguas de la ciudad muy poco
documentadas, mediante catas en una zona de la ciudad denominada region VI.
También se está trabajando en los últimos años en una pequeña mansión cercana a
la muralla, donde se han podido documentar los problemas de abastecimiento de
agua que sufrió la ciudad tras el terremoto del año 62.
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En las cercanías
de la ciudad se ha intervenido en la villa suburbana de los Sulpicii, donde el
hallazgo de cuatro cadáveres ha permitido calcular que la nube de gases y
cenizas pudo llegar alcanzar una temperatura de 300º.
El último
gran descubrimiento fue en el año 2003, en la desembocadura del río Sarno cerca
de la antigua Pompeya. Los arqueólogos hallaron algunas viviendas muchas de
ellas, a modo de palafitos, organizadas a partir de una trama urbana de canales
que de alguna manera recordarían a Venecia.
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