A
mitad del S.XVIII comenzaron las excavaciones en Pompeya y que todavÃa duran
hasta nuestros dÃas.
Queda todavÃa
mucho por excavar.
Las
excavaciones fueron posibles por un cumulo de circunstancias como todo
descubrimiento, en el que cabe destacar, el capricho de la esposa de Carlos III
por tener antigüedades, ya que el monarca no consideraba las excavaciones como
interés cientÃfico, sino para la colección real y aumentar asà el prestigio del
reino de Nápoles.
JoaquÃn
Alcubierre fue la persona designada por el monarca para dicha empresa y fue
llevada a cabo por el ingeniero aragonés durante más de 32 años, época donde se
descubrieron los edificios más importantes de la ciudad. Muchos investigadores
critican la gran ambición de Alcubierre, ya que solo se preocupaba de obtener
piezas para la colección real y no entender lo que habÃa sucedido en Pompeya en
el año 79.
Entre
los aspectos más importantes destacan la conservación extraordinaria de los
objetos encontrados, y eso se debe a que la lluvia de cenizas húmedas que
acompañaron a la erupción volcánica formó un sello hermético sobre la ciudad,
conservando muchas estructuras públicas, templos, teatros, termas y casas
particulares.
También
se han encontrado más de 2000 vÃctimas incluso gladiadores encadenados para no
escapar o intentar suicidarse.
Las
excavaciones nos han aportado y están aportando numerosos datos sobre ¿cuántos
habitantes tenia Pompeya? Sobre ¿Cómo era su vida cotidiana? Y aunque tenemos
ya muchas de esas respuestas, todavÃa queda una cuarta parte de la ciudad por
excavar, es decir que la mayor parte de la ciudad aún continua dormida.
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